Ya en anterior episodio hablamos de las conversaciones, que Demidoff recoge en su libro, que mantienen Fariñas, Espinel y Reinoso, en el libro de Juan Mª Rivera Valenzuela, “Diálogos de Memorias Eruditas de la Ciudad de Ronda”, sobre una inscripción romana que apareció insertada en una de las puertas de las murallas rondeñas, la cual indicaba con precisión el lustre y el honor que disfrutaba la ciudad vieja de Arunda, lo que corrobora su denominación romana a la actual Ronda.
Fariñas nos habla de la evolución de la palabra Arunda hasta llegar a Ronda, y del Bosque Sagrado que en época romana era la zona del actual barrio de San Francisco: ‘Bosque de los Césares’. Para pasar, después, a hablarnos de sus relaciones con las poblaciones que la circundan y lo que entre todas producían, así como el comercio que existía de sus productos autóctonos en las famosas ferias rondeñas. Nos habla también de su vegetación, de su clima, de la desforestación que, ya por entonces, existía y que arruinó los campos y la agricultura.