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“Un sueño cumplido”, un exalumno de FP lanza su primer vino en Ronda

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El Instituto de Enseñanza Secundaria Pérez de Guzmán ha vivido hoy un emotivo y simbólico acto con la presentación de Libélula, el primer vino elaborado por Salvador Álvarez Márquez, exalumno del centro y actualmente trabajador en la bodega Fernández Bolet.

Salvador, que cursó el Ciclo Formativo de Grado Superior en Vitivinicultura en este mismo instituto, compartió su experiencia y evolución profesional con los estudiantes actuales. “Yo empecé trabajando en una bodega, y gracias al ciclo conocí más bodegas, hice contactos y, poco a poco, hoy estoy aquí, con una marca personal. Es un sueño cumplido”, explicó durante la presentación.

Libélula es un vino tinto elaborado con la variedad Petit Verdot, y cuenta con una producción limitada de tan solo 300 a 400 botellas. Se trata de un vino clásico de la Serranía de Ronda, con buena estructura, acidez y complejidad, según explicó su autor. “Es un primer paso, pero muy ilusionante”, añadió.

La presentación también contó con la participación del profesor Juan María, docente del ciclo de Vitivinicultura, quien destacó el valor formativo y las salidas profesionales del programa. “Este es un trabajo artesano, para quienes disfruten del campo y de crear con sus manos. Estamos en un sector emergente en la Serranía de Ronda, con muchas bodegas en crecimiento. Salva es un claro ejemplo del potencial de esta formación”, afirmó.

El profesor también recordó que el ciclo permite incluso convalidar créditos si se decide continuar con estudios universitarios como Enología. “No es una opción menor. Cada vez más alumnos ven en la Formación Profesional una vía rápida y eficaz para acceder al mercado laboral, y en este caso con una carga práctica muy valiosa”, señaló.

Salvador, por su parte, animó a los alumnos a apostar por lo que les apasiona. “Lo importante es que les guste lo que hacen, que sean constantes y que trabajen con ilusión. Yo pensaba que esto del vino era una moda, pero es un mundo fascinante que te atrapa”, concluyó.

El vino Libélula representa así no solo el fruto de una formación rigurosa, sino también de un proyecto personal que empieza a dar sus primeros pasos en el competitivo mundo vitivinícola de Ronda.

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