Desde el prefacio de su hermoso libro, “Un verano en Andalucía” cuya portada es una litografía del Puente Nuevo y el Tajo de Ronda, se advierte: ‘Estos volúmenes contienen las notas y observaciones hechas por el autor, durante un viaje por el sur de España, en el verano de 1836. Consciente de que está entrando en terreno ya pisado por hombres de talento reconocido, el autor suplica recordar a sus lectores que España, por consenso general, siendo el país más interesante de Europa, es uno de los menos conocidos… Y de todas las regiones de España, Andalucía, es la más atractiva para el viajero’.
Dennis llega a Ronda procedente de Málaga, atravesando pueblos como Casarabonela y El Burgo. Desde Ronda quiere dirigirse hacia Gibraltar, recibiendo por ello las consabidas advertencias: de que no dé la ruta a seguir a nadie y que contrate a un cosario. A falta de este, se procura un nevero que transporta nieve de las montañas de Ronda a la colonia británica. Pasadas las murallas y el barrio de San Francisco, enseguida están en la ruta de Gibraltar. Y en el capítulo XII inicia su ruta hacia Ronda, proveniente de Málaga.
Nos habla del origen de Ronda y después de pasar la noche, temprano se asoma al Tajo y queda admirado por el Puente Nuevo y el barranco profundo que “une artísticamente” las dos partes de la ciudad. Describe bellamente el abismo y decide bajar por el camino que comienza en El Campillo (El Desfiladero del Tajo). Transcurre por los angostos senderos, que le muestra el Tajo en toda su inmensidad. Visita los molinos harineros que están en funcionamiento y reciben el agua que los mueve a través de una antigua acequia. Queda fascinado por todo lo que ve y magistralmente relata.