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Nº 161-VIAJEROS ROMÁNTICOS – “RONDA EN LA RUTA ROMÁNTICA DEL BAJO GENAL” – Charles Wainright March (1852) (I)

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Llega desde América siguiendo las huellas de algunos de sus compatriotas, especialmente de Washington Irving, idolatrado ya en su país por sus relatos hispanos e introductor de un camino ya bastante transitado por esa fecha. Periodista y ensayista neoyorquino, tiene a gala, y así lo hace constar en las primeras líneas de su obra, de ser uno de los primeros viajeros que limitan su recorrido por España a solo Andalucía, por estimar a ésta de más interés que al resto. Proveniente de Cádiz, llega hasta Tarifa para dirigirse posteriormente a Algeciras. Desde allí pasa a Gibraltar, San Roque, Gaucín y Ronda. Plasma el viaje en su libro titulado: “Relatos y aventuras en Madeira, Portugal y Andalucía de España”- Nueva York, 1856.

Se dirige a la Feria de Ronda con la intención de ver torear a Cúchares: “De hecho, me había comprometido tanto con esa función que podría haber renunciado a cualquier cosa que no fuera un deber ineludible. Son estas las ocasiones en las que puedes ver toda la abigarrada Andalucía, y uno que busca conocer las costumbres y el carácter de su gente, en lugar de mostrarse indiferente para ver escenas y lugares de interés, no puede hacer nada mejor que visitar este gran acontecimiento social”.

Contrata un guía para recorrer el camino y se viste de majo rondeño en lo alto del caballo.

Al acercarse a Ronda, una muchedumbre se dirigía a la ciudad para disfrutar de su famosa feria. Le impresiona grandemente el Tajo, al que describe magistralmente: “… las murallas ceñidas a la ciudad construidas en roca; las torres cubiertas de musgo y las vertiginosas defensas; las salvajes fortalezas e impresionantes acantilados vecinos; el ruido, el movimiento, la vida en el aire, en la tierra y en las aguas debajo de la tierra, es una visión que ningún ojo ha visto, ni había entrado en el corazón del hombre porque nunca había sido concebido algo igual. Sin haber visto Ronda, podría haber sido feliz; habiéndola visto, me siento poseído por ella, ‘¡la felicidad para siempre!’ Desde entonces es el complemento de mi existencia”.

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